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Por María Alejandra Peñuela Hoyos
Periodista freelance con un pregrado en Literatura y una maestría en Escritura Creativa de la Universidad de Columbia. Fue editora digital de ARCADIA.
Bogotá
En 2004, la Cámara de Comercio de Bogotá creó ARTBO para ampliar los circuitos de las artes plásticas, y los mercados culturales y creativos de la ciudad. Sin embargo, ARTBO se convirtió rápidamente en algo mucho más significativo que un espacio comercial de arte. Hoy es un espacio que legitima el arte, una ventana que permite mirar la escena del arte internacional y una plataforma de formación de públicos.
Para María Paz Gaviria, gerente de Plataformas Culturales y Comerciales de la Cámara de Comercio de Bogotá, uno de los grandes logros de ARTBO, y a la vez uno de los grandes desafíos, ha sido la democratización del arte: “Yo creo que este es un programa que hace detonar procesos artísticos y los hace visibles frente a un público más amplio en la ciudad.
ARTBO no es solo lo que transcurre en Corferias durante cuatro días, también es lo que aporta a la visibilidad de la escena; es una plataforma que nos abre al mundo, que construye procesos, que genera investigación; es un espacio para el mercado y para la circulación”.
En quince años, ARTBO ha logrado pasar de ser un evento puntual del calendario cultural del país a incidir de manera determinante, y a lo largo de todo el año, en la escena del arte en Colombia. Del programa ARTBO se desprenden cuatro iniciativas para el fortalecimiento de las artes plásticas, dos de las cuales se llevan a cabo durante todo el año –ARTBO | Salas y ARTBO | Tutor–; las otras dos –ARTBO | Feria y ARTBO | Fin de Semana– se realizan en momentos específicos del año.
En el caso de ARTBO | Fin de Semana y ARTBO | Salas, le han permitido salir de su espacio original en Corferias y así catalizar el triunvirato de difusión circulación comercialización, y extenderse, en fechas distintas a la Feria, a más de sesenta y siete espacios expositivos en la capital del país, conectados con sistemas de buses y bicicletas que le permiten al público acercarse al arte mientras recorre diversos sectores. En especial, ARTBO | Fin de Semana, que tiene lugar en mayo y ya abarca cinco circuitos en Bogotá, permite un acercamiento inusitado entre público, artistas, procesos creativos y espacios que promueven el arte y su comercialización.
Para Ana Sokoloff, asesora de arte que dirigió el Departamento de Pinturas Latinoamericanas de la casa de subastas Christie’s en Nueva York, uno de los desafíos de la escena artística bogotana es cambiar la forma en que los ciudadanos consumen arte. El consumo de arte, dice Sokoloff, está en muchas ocasiones limitado por factores sociales y geográficos. Por ejemplo, el hecho de que muchas de las galerías y espacios institucionales artísticos estén en el centro de la ciudad implica un obstáculo para los visitantes que viven lejos del sector.
“ARTBO | Fin de Semana parece estar sobreponiéndose a esas coyunturas contextuales y logra la integración de públicos y espacios. Esto es importante porque el principal problema que tenemos con el arte es de tipo social: cómo nosotros, los colombianos, nos acercamos a la cultura y cómo la consumimos”.
Los organizadores de ARTBO parecen conscientes de esos desafíos. Por eso, su trabajo en años recientes ha consistido, en buena parte, en crear espacios que le permitan a la ciudadanía aproximarse al arte a través de una diversidad de eventos, plataformas e iniciativas. ARTBO | Salas, por ejemplo, busca promover la circulación y profesionalización de nuevos artistas a través de tres salas permanentes de exposición en la ciudad: Kennedy, Chapinero y Salitre. “ARTBO invita a la ciudad a hacer visibles sus procesos. La Feria es un momento que pone el reflector sobre la escena, pero también es un lugar que desata todo tipo de procesos, que van desde generar mercado e internacionalización hasta generar espacios de esparcimiento para el ciudadano.
La Feria es un momento para vivir a Bogotá a través del arte”, dice María Paz Gaviria.
Veintiocho países han participado en los quince años de ARTBO | Feria: Venezuela, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Uruguay, Brasil, México, República Dominicana, Cuba, Costa Rica, Guatemala, Panamá, Estados Unidos, Canadá, España, Portugal, Francia, Suiza, Reino Unido, Italia, Alemania, Dinamarca, Austria, Suiza, Turquía, Holanda y Japón.
Los países internacionales con más participación en ARTBO | Feria son España, Estados Unidos y Venezuela.
Ana Sokoloff dice que en los últimos cincuenta años la escena artística en Colombia ha vivido “momentos muy importantes”.
Entre estos se encuentran, según ella, la dirección del Museo de Arte Moderno de Bogotá a cargo de Marta Traba; la apertura de las galerías Valenzuela Klenner y Garcés Velásquez (hoy Alonso Garcés Galería), y la labor del Banco de la República en los años noventa, entre otros. Sokoloff considera que ARTBO puede sumarse a este listado por su aporte a la escena contemporánea a través de la apertura de mercados y públicos. “Cuando se instauró la Feria en Colombia, la labor más importante que hizo fue crear la conciencia de que ir a ver arte es algo divertido –dice–. Creo que en el país siempre hemos tenido un coleccionismo bien marcado, siempre nos han interesado el arte, la literatura y la apreciación de la música. Pero creo que ARTBO logró que el arte fuera asequible a un público más amplio y que de ahí surgiera una nueva clase de coleccionistas. ARTBO se convirtió en un evento social para todos los públicos, y esa ha sido su contribución más grande a las artes en Colombia”.
Todos los días se perrea con la muerte (2017). Maria Natalia Avila Leubro. Repertorio de objetos (ilustración, fotografía, serigrafía, impresión tipográfica). Exhibido en Artecámara 2018.”
Dicha apertura a mercados y públicos se ha dado en compañía de una agenda académica y nuevas secciones. Libro de Artista responde a un interés por los usos del formato libro en las manos de artistas y editoriales; Proyectos, Sitio y Referentes buscan fortalecer la importancia del esfuerzo curatorial, de la academia, la investigación y la interdisciplinariedad. Con estas secciones y espacios, ARTBO ha logrado establecer un diálogo vigoroso y visible entre la conceptualización del arte y su comercialización, sin torpedear el crecimiento de los espacios de formación ni debilitar su carácter comercial. Todo lo contrario: cada vez ARTBO | Feria atrae a más público. De 11.961 personas en 2005, la Feria pasó a recibir más de 35.000 en 2018.
Con el rabo entre las piernas (2018). Camilo Delgado (Camo). Instalación fotográfica: mural compuesto por cien retratos mezclados con impresión lenticular. Exhibido en Artecámara 2018.
Beatriz López, directora artística de la galería bogotana Instituto de Visión, dice que la Feria ha mostrado un compromiso fundamental con la intelectualidad y la interdisciplinariedad del arte. “Creo que ARTBO ha sido exitosa como una feria latinoamericana que les ha dado cabida a propuestas muy serias y que a la vez tienen un corte contemporáneo y conceptual muy fuerte –dice–. Yo creo que es una feria que da cuenta de la producción contemporánea latinoamericana, y no obligatoriamente de las exposiciones más comerciales del mercado. Entonces, en alguna medida conserva un espíritu de institución. Cuando uno va a la Feria, puede encontrarse con algunas obras decorativas, pero, en general, el comité de selección se esfuerza por tener galerías comprometidas con la intelectualidad y con el acontecer contemporáneo latinoamericano.
Eso siempre será riesgoso, pero es lo que hace especial a ARTBO”
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El crecimiento de los espacios de formación ha atraído a más público. De 11.961 asistentes en 2005, la Feria pasó a recibir más de 35.000 en 2018”
Referentes, la sección de ARTBO | Feria que explora las obras de artistas que rompieron paradigmas para convertirse en referentes del arte contemporáneo, hace evidente el interés de la Feria por ser un programa que acoge a la investigación; que garantiza la diversidad, la polifonía. De este esfuerzo por abrir plataformas que se pregunten por el quehacer artístico y que investiguen la historia del arte surge también Artecámara, que, con el objetivo de tender puentes de acceso a la escena, destaca el trabajo artístico de jóvenes talentos en Colombia sin representación de galerías. En promedio, treinta artistas jóvenes se presentan cada año en esta sección.
Ernesto Soto Madriñán, un artista bogotano que participó en Artecámara en 2015, dice que lo más valioso de la experiencia fue la visibilidad que este espacio le dio a su obra: “La gente que no asiste a la Feria para comprar acude a Artecámara para conocer la propuesta de artistas jóvenes, y me parece que eso es lo más rescatable. A diferencia del recorrido de los visitantes galería por galería en la sección principal, en Artecámara el espacio cuenta con una narrativa construida a partir de las obras expuestas.
Participar en esos procesos pedagógicos y curatoriales fue gratificante”. Para Santiago Díaz Escamilla, que participó en 2017, lo más enriquecedor fue haber ampliado su proyecto artístico a gran escala. Muchos artistas se presentan en la convocatoria de Artecámara bus- cando visibilidad, pero Díaz Escamilla dice haberse beneficiado más bien por el desarrollo académico y artístico de su pieza. “Pude presentar mi trabajo en una escala mucho mayor. Fue muy especial revisitar una obra que había hecho hace tres años y poder hacerla en dimensiones mucho mayores y en el marco de un espacio curatorial. Esto, como proyecto de investigación, fue muy importante”.
María Paz Gaviria, gerente de Plataformas Culturales y Comerciales de la Cámara de Comercio de Bogotá
Beatriz López, directora artística de la galería Instituto de Visión
Un desafío principal de ARTBO | Feria ha sido la internacionalización de la escena artística colombiana. En 2005, más de la mitad de las galerías que participaron en ARTBO fueron colombianas; en 2018 solo una tercera parte fue nacional, las demás galerías provenían de otros países. María Paz Gaviria asegura que el incremento en participación internacional no ha sido fortuito, sino que obedece al trabajo hecho desde los proyectos y las diferentes secciones con contenido académico, investigativo y curatorial para atraer al público de otros países.
La participación internacional no se ha limitado exclusivamente a las galerías. Desde 2016, la Feria ha experimentado un incremento del 20 % en el número de curadores, asesores de arte y coleccionistas extranjeros que ha asistido. Si bien, como apunta Ana Sokoloff, esta participación no siempre se traduce en ventas inmediatas, sí establece relaciones comerciales determinantes y educa al público internacional con respecto a lo que sucede en la escena colombiana.
“ARTBO se convirtió en un evento social para todos los públicos y esa fue la contribución más grande para las artes en Colombia”
ANA SOKOLOFF
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Toda la esencia de lo que soy (2018). Diego Trujillo. Dibujo expandido –dibujos en crayola sobre papel y hojas de diario–.
Manuela Velásquez, directora de la galería Lokkus de Medellín, dice que la internacionalización ha sido posible gracias a los espacios de diversidad artística de ARTBO. “Creo que hay un cosa muy bonita que hace un link con las personas de otros países, y es que todavía tenemos muchos artistas investigando problemáticas muy propias de Colombia, que el mundo quiere entender –dice–. Tenemos, además, otro grupo de artistas que se ha desligado de esas problemáticas propias y está abordando unas más contemporáneas y globales, que entran en diálogo con exposiciones y colecciones internacionales. Son dos enfoques importantes de la producción que generan interés en instituciones, coleccionistas y personas de fuera de Colombia. ARTBO ha sido un espacio propicio para ambos enfoques”.
La internacionalización ha impactado de varias maneras el mercado y el circuito del arte bogotano. Primero, como sostiene María Paz Gaviria, le ha permitido a la Feria hacer “una cuidadosa y exigente curaduría” de las mejores galerías extranjeras. “Yo creo que la Feria ha llegado a un nivel de madurez que recoge lo mejor de las galerías en América Latina. Creo que, entre las ferias latinoamericanas, ARTBO | Feria es una de las más diversas y le da visibilidad a toda la escena artística de la región”.
Esa apertura también llevó a ARTBO a ampliar su oferta artística –hoy expone obras museales que se salen del tamaño tradicional del estand–, así como a fortalecer sus secciones para convertirse en una feria competitiva y atraer al público internacional.
Ana Sokoloff, asesora de arte y socia fundadora de Sokoloff + Associates LLC
Por último, la centralización de los mercados nacionales e internacionales en una misma feria ha beneficiado las ventas de las galerías, en especial las de aquellas afincadas fuera de Bogotá. Para Juan Sebastián Ramírez, director de la galería (bis) oficina de proyectos de Cali, la Feria impulsa muy significativamente sus ventas anuales: “ARTBO es la oportunidad para acceder al mercado del arte bogotano, que fácilmente representa 80 % o 90 % del mercado nacional. Así que es un evento crucial para la galería. Cuando la cosa va bien, las cifras de ventas pueden ser mayores a las que hace la galería durante todo el año en su plaza”.
Ninguno de los procesos y los enfoques de ARTBO es fortuito. Todos los espacios –desde la internacionalización y comercio del arte hasta la visibilización de jóvenes talentos y la educación de artistas empíricos– forman parte esencial de un gran proyecto: un modelo que estimula diálogo entre el mercado y el arte, y que convierte al arte en una herramienta de pensamiento, fundamental para afrontar los tiempos que vivimos.
“El comité de selección se esfuerza por tener galerías comprometidas con la intelectualidad y el acontecer contemporáneo latinoamericano”
BEATRIZ LÓPEZ